sábado, 14 de noviembre de 2009

Carrefour podría hacer más por los clientes habituales

¡Cómo pasa el tiempo! Ya hace 20 días que subí mi última elaboración a este blog...

Bueno, hoy quería hablar de Carrefour. Podría aplicarse casi a cualquier otra gran superficie, pero quiero centrarme en Carrefour, porque hoy he estado haciendo la compra allí.

Desde el 1º de noviembre han suprimido las bolsas gratuitas en las cajas. Esto ha elevado algunas quejas ciudadanas reflejadas en las cartas a los periódicos y en los foros de internet que he tenido ocasión de visitar.

Mi postura personal no es contraria a la retirada de las bolsas "gratuitas" si eso sirve para reducir el consumo de recursos (fundamentalmente petróleo) a nivel mundial. Lo que pasa es que esta medida no la ha tomado Carrefour para ayudar al medio ambiente, como ellos proclaman ("Échale una mano al medio ambiente" es el lema de la campaña), sino para reducir sus costes. Es lógico: al fin y al cabo es una empresa que tiene que repartir dividendos a sus accionistas. Y no creo que los ciudadanos más concienciados con el ecologismo inviertan sus ahorros en comprar acciones de Carrefour, precisamente. Hay, además, perspectivas que ponen de relieve la hipocresía de la campaña. Por ejemplo, muchas de esas bolsas gratuitas tenían un último uso como bolsas de basura o para separar residuos. Ahora, los consumidores tendrán que comprar bolsas de basura para ese mismo fin. Otro argumento que desenmascara la campaña es el de que numerosos productos que se venden en Carrefour vienen con excesivos embalajes plásticos. Tal vez el ahorro de petróleo deberían haberlo empezado por ahí...

Es verdad que evitar el despilfarro de recursos, que a la postre se extraen de la Naturaleza, debería contribuir -y de hecho ocurre así- a mejorar la cuenta de resultados de cualquier empresa. Pero dudo mucho que en el caso de Carrefour se busque algo más que esto último.

Pero a donde yo quería llegar es a la falta de compromiso de Carrefour con los clientes. O, dicho de otra forma: nos tratan como a tontos.

Para empezar, cualquier discrepancia con los precios que figuran en el tique de compra tienes que solventarlos con la Caja Central, que generalmente está en uno de los extremos del pasillo principal. Si te toca lejos, hay tienes un consumo de tu tiempo entre vete y vuelve. No digamos si, además, has dejado algo en las taquillas de consigna, que suelen estar al otro extremo del pasillo mencionado, con respecto a la Caja Central. Con el carro cargado, cinco o diez minutos de paseo (depende de la afluencia de clientes y, por tanto, de los que tengas que esquivar en tu camino) no te los quita nadie.

Si te das cuenta de que se te ha olvidado comprar algo muy necesario no puedes dejar el carro abandonado y entrar a por ello. Tendrás que llevarlo al aparcamiento (bastante más lejos de la Caja Central) y meter las cosas al maletero. Luego te toca volver a empezar: coger el carro, subir las tediosas rampas mecánicas y llevarlo a la entrada. Entre vete y vuelve, 15 ó 20 minutos de tu vida que no volverás a ver.

Si te pasa lo que a mí hoy, te puedes hasta cabrear. Afortunadamente, yo no lo he hecho. No sirve de nada salvo para dañar tu propia salud. El caso es que se me había olvidado entregar a la cajera uno de los "bonos descuento" que te dan en la compra anterior, así que me ha cobrado el importe íntegro. Hasta aquí, parece normal (luego diré porqué uso el verbo "parece"). Como ya tengo la lección aprendida, cuando me he dado cuenta de que no había entregado el bono he ido a la Caja Central a ver si me podían abonar el descuento de dicho artículo. La azafata que me ha atendido me ha recordado que hay que entregarlo al pasar por caja y que no me podía abonar la diferencia. En ese caso he optado por devolver la mercancía, a lo cual no ha puesto reparos. En circunstancias normales tendría que haber vuelto a entrar a comprar ese mismo artículo pasando otra vez por el vía crucis de llegar hasta el lineal correspondiente (las distancias son siempre enormes), cola de caja, etc. Pero como era un artículo superfluo he pensado que no lo necesitaba de momento y he optado por prescindir de él en aras de no perder más tiempo.

¿Porqué he dicho antes: "parece normal" (que te cobren el importe íntegro)? Porque una empresa que crea un club para sus clientes debería darles un mejor trato. Me refiero a que los bonos descuento, que hay que pasarlos enseñando la tarjeta del Club Carrefour, podrían perfectamente estar almacenados en el ordenador central de Carrefour y aplicarse automáticamente al pasar por caja con los artículos correspondientes, sin necesidad de que el usuario se preocupe de guardarlos, cojerlos cuando va a hacer la compra, enseñarlos en el momento preciso, etc.

Alguien puede alegar que eso sería almacenar mucha información. Pero no es cierto. El Gran Hermano de Carrefour memoriza sin problema datos tales como el "cheque ahorro" que cada miembro va generando haciendo compras con la tarjeta Carrefour. Incluso, si usted desea que le reimpriman un tique que ha perdido, con la tarjeta Carrefour y la fecha de compra se lo pueden generar (siempre que dé con una azafata amable). Es decir, los tiques de compra quedan de alguna manera también almacenados en el sistema informático (no sé durante cuánto tiempo). Podrían memorizar los bonos descuento sin problema: normalmente no hay más de 2 ó 3 en vigor en cada momento y los datos necesarios para cada bono son pocos: porcentaje de descuento, tipo de artículos y fecha de caducidad del bono. ¿No sería una bonita forma de ayudar a los clientes?.

Por cierto, aunque no he querido polemizar con la azafata de hoy, yo sé que me podían haber hecho el reintegro que solicitaba: ya ocurrió una vez anterior, aunque en aquél entonces se me olvidó enseñar la tarjeta del club Carrefour. Pero topé con una azafata más agradable que la de hoy y se tomó la molestia de anotar mis datos, etc. Posteriormente ví que efectivamente me habían abonado la diferencia en la tarjeta de pago.

Ojo al dato.

No hay comentarios: