jueves, 21 de enero de 2010

Un par de sablazos en Caja Burgos


El problema de falta de liquidez de los bancos están tratando de solventarlo emplumándoselo a los clientes, o eso creo.

CAJA BURGOS (Caja de Ahorros Municipal de Burgos) le han quitado a mis hijos unas pequeñas cantidades (una de 1,5 y otra de 11 euros, aproximadamente) por no haber tenido movimientos en su cuenta infantil durante los últimos 2 años.

En vez de avisar con tiempo, simplemente se limitan a decir que ya lo publicaron en su tablón de anuncios (como exige la Ley) y te jorobas si no lo miraste. La comisión que han decidido cobrar por mantener una cuenta -salvo en algunos casos dependiendo del saldo- es nada más y nada menos que de... ¡24 euros al año! Como ellos, mis hijos, no llegaban a ese saldo, se lo han quitado y les han cancelado la cuenta. Así, sin más ni más.

O sea, que tú vas, les dejas tu dinero... ¡y encima te cobran! En vez de darte intereses, te cobran desorbitadamente. ¡Para eso, es mejor tenerlo en casa metido en un calcetín! ¿Es que no saben sacar rentabilidad al dinero? ¿No deberían invertirlo adecuadamente para obtener un beneficio para ellos y otro para el cliente?. No. Ahora el negocio es desplumar a los clientes, pillarles desprevenidos y soplarles 24 euros por la jeta, o lo que tengan en la cuenta. Señores, eso ya estaba inventado hace milenios y tiene muchas variantes y otros tantos nombres: estafa, robo, engaño, abuso de confianza, desfalco, atraco, matonismo...

Esta es la carta (mostrada arriba) que han tenido la osadía de entregarme en ventanilla cuando he ido a protestar por esta política de robo descarado.

Caja Burgos está pasando por una situación patrimonial muy delicada, según parece, y la idea que tienen sus dirigentes de salir del atolladero es, simple y llanamente, robar a los clientes más débiles: no sólo los niños, estoy pensando en pensionistas, viudas, etc. que se habrán encontrado la desagradable sorpresita. Y de paso, muchos de estos clientes se irán o se habrán ido ya. A Caja Burgos no le interesa el pequeño cliente que ingresa una nómina o una pensión y la funde antes de llegar a fin de mes: su saldo no llegará a los 1000 euros medios (a no ser que deje una cantidad "durmiente" a beneficio exclusivo de la Caja, que apenas le dará intereses por ella). Esos, fuera. Pues bien, yo soy uno de esos. Por eso me fui de Caja Burgos hace años a otro estilo de banca más amigable y que valoraba mi presencia. Pero a mis hijos les dejé estar pensando que la Caja no abusaría de su posición contra ellos. Me equivoqué.

Caja Burgos no quiere al pequeño cliente, no. Quiere clientes grandes, como constructores, promotores, agencias inmobiliarias, etc. Es decir, todo ese tipo de gente y empresas que han traído la crisis y han dejado a la Banca con el culo al aire: apalancada, es decir, bloqueada con unos préstamos inmensos que difícilmente van a cobrar. Por eso no pueden dar nuevos créditos. Pero al pequeño cliente, ese que paga la hipoteca con esfuerzo pero religiosamente, a ese le despluman y le echan. ¿Serán imbéciles?

(Como decía el chiste: «Para que el Banco te dé un préstamo, primero tienes que demostrarle que no lo necesitas». Por eso a los constructores y similares les han dado el dinero a manos llenas y sin preguntar, mientras que al pobre mortal le miran hasta los calzoncillos. Ahora, además, si pueden te roban también los calzoncillos).

He hecho un escrito de reclamación a la Caja esperando que me retornen esas pequeñas cantidades, aunque sin mucha esperanza. Pero lo principal era decirles lo que me han demostrado con esta forma de proceder: lo miserables que son, arrebatando el dinero a niños desprevenidos, y lo incompetentes que son al no saber obtener beneficios usando adecuadamente el dinero de sus clientes.

Por cierto, y hasta donde he podido comprobar, no tienen "Defensor del Cliente". Ahora vas y lo cascas.

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